27 de julio de 2010

La luna nadaba

Nadaba. Buscaba la luna.
Otra brazada. No estaba.
Y apareció entre dos palmeras,
surgió del mar, encarnada.
Socorrista, tú me salvaste
una noche con la luna en la cara.
Mi alma corta rápido el agua,
bucea feliz, solitaria.

La rosa marchita

Está marchita,
su aroma se perdió.
Era la más bonita,
yo la conservo en la retina y él no.