29 de agosto de 2010

Verano

Hay una bruma extraña que enturbia la negra silueta de la torre de Sant Sebastià. Agosto se está yendo y el sol cada día se despide más temprano.
Dos pájaros esperan en el perfil de la azotea para emigrar al sur, mientras resuena en mis oídos "Esa noche", de Café Tacuba, y recuerdo "que siempre he pertenecido a ti, mi soledad".
Las gaviotas del edificio vecino contemplan, pacientes, cómo se retiran los bañistas y llegan los primeros nadadores de atardecer. Ya no salpican las risas ni los chapoteos infantiles de la mañana, sólo queda el ir y venir de los 50 metros, diez carriles, doble sentido, al aire libre o cubierta. Voleibol playa, parejas o individuales. Olas, vaivén, castillos de arena y bruma en el horizonte.
Se desdibuja el mañana cuando el verano también se desvanece.

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