26 de noviembre de 2007

Profesora de jugar

Quibdó, Colombia. Septiembre, 2006
Los niños son lo mejor, eso lo sabía. Pero siempre hay un nuevo acontecimiento que me lo viene a recordar.
Esta vez fueron los hijos pequeños de las mujeres gitanas estudiantes que se reunieron el sábado en el barrio de Sant Roc, en Badalona. Yo vigilé a sus niños mientras ellas trabajaban durante su encuentro. Y os aseguro que disfruté tanto o más que los propios niños. Hasta el punto de que una de las niñas me preguntó cuál era la razón por la que yo no paraba de saltar y correr. Simplemente le dije que era lo que me apetecía hacer, después de estar todo el día sentada tras un ordenador. Parecí convencerla y tal cual se lo contó después a su mamá.
Me pienso cuando era niña y hubo un tiempo en que, sin duda, fui feliz. Esos días en los que llegaba a la playa y hablaba con las olas, o cuando mezclaba el barro con el agua en un plato de aluminio de tamaño minúsculo y jugaba a cocinitas con mi hermana, en la casa de fuera de Barcelona. Y esos veranos en los que nos bañábamos con mi abuelo en la balsa de al lado del huerto. No había caído en la cuenta hasta ahora mismo, pero todos los momentos de felicidad plena infantil coinciden con el verano, las vacaciones y el aire libre. Curioso, porque yo era de las bicho raro a las que les gustaba ir al colegio. Pero claro, ante correr por el campo, bañarse en el mar y diversiones así, un colegio nunca puede competir a los ojos de un niño.
El caso es que -volviendo al encuentro de gitanas del sábado-, otra de las niñas (una auténtica terremoto), al despedirse de mí, me presentó a su mamá y le dijo: "Mira, ella es mi profesora de... de...", y como no sabía de qué era su profe, la ayudé acabando la frase: "Su profesora de jugar".
Creo que pondré esta nueva línea en mi curriculum vitae. Casi es la que más me convence.

20 de noviembre de 2007

L'Alternativa proyecta "Unos zapatos para Cassinda"

Mañana miércoles 21 de noviembre, entre las 19h y las 20.30h en el Hall del CCCB y en el marco del festival l'Alternativa -y gratis, como no podría ser de otra manera, que por eso es una invitación-, pondrán el corto documental en el que hemos estado trabajando Ana y yo en los últimos tiempos: "Unos zapatos para Cassinda".
Por supuesto, no hubiera sido posible sin la ayuda de otras personas tan valiosas como Juan Carlos, Lucy y la gente de la casa de Gran Vía, que medio nos adoptaron por un tiempo, durante la edición definitiva.
Cassinda es una niña angoleña víctima de minas antipersona que estuvo en Barcelona unos meses y que nos hizo el regalo de poder conocerla. Aunque sea sólo para ella y para niños en su situación, este trabajo ha valido la pena.
Esta experiencia es fruto del curso de documental social que seguimos en el Servei Civil Internacional, donde trabajamos los preliminares de este proyecto junto a Miquel y Bea, con la asesoría de Albert.
Es un docu cortito y modesto, pero sincero. Y lo dicho, estáis invitados a verlo MAÑANA MIÉRCOLES 21 DE NOVIEMBRE, ENTRE LAS 19H Y LAS 20.30H, EN EL CCCB.

17 de noviembre de 2007

Un futuro que nunca va a existir. Pero quiero existir

Tageles. Berlín, agosto 2007 "Yo, hasta hace poco, he estado pendiente de un futuro que nunca va a existir. Y yo lo que quiero es existir". Así hablaba Jose, que protagoniza el documental "El taxista ful", que acabo de ver hace nada en el canal 33. Jose -que a los cincuentaytantos años se quedó en paro- robaba taxis para ganar algo de dinero como taxista 'ocasional'; luego los devolvía intactos y dejaba parte de sus ganacias para su auténtico propietario.

Tras toda una vida matándose a trabajar para poder tener una vida 'normal', al quedarse en paro Jose pierde a su familia y descubre el sinsentido de cómo está planteada la existencia de la mayoría de las personas, que dedican gran parte de su vida a trabajar para, algún día, tener dinero suficiente para poder vivir mejor. Lo malo es que mientras anhelan llegar a esa vida soñada, están gastando su vida real.

Si lo pienso un poquito, la verdad es que sólo he tardado un segundo, ésa es la razón por la que voy a dejar la oficina en la que me estoy consumiendo. Porque en algún momento que otro, y a poder ser más temprano que tarde, todos deberíamos poder permitirnos el 'lujo' de dedicar algo de nuestra vida a vivirla intensamente. Es un derecho que no se enseña en la escuela y que tampoco aparece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero es el derecho a vivir estando satisfechos con la propia vida y, lamentablemente, la precariedad aleja a la inmensa mayoría de la población mundial de ese derecho.

Por eso, repito una y otra vez que odio el dinero y todo lo que implica. Y al conocer la filosofía del colectivo Dinero Gratis -que aparece en ese documental-, por fin he encontrado a alguien que comprenda ese deseo -que he manifestado muchas veces a gente diferente que acababa por mirarme como a una débil mental-, sobre la utopía maravillosa que sería que el dinero no existiera. Sé que es algo ilusorio y nunca se llegará a producir esa situación extasiante. Pero, pensadlo de forma inocente sólo un momento y decidme si no sería fantástica la vida sin que el dinero nunca se hubiera inventado. ¿A que sí?

11 de noviembre de 2007

Que te besen

Un corazón en medio del dolor del Muro de Berlín. Agosto, 2007 "Que la felicidad los atropelle
Que de sus vidas sean las reinas y los reyes
Que los días los besen
Que la dicha se abalance sobre ustedes.

Que el tronar de una cascada
Te acompañe en la mañana
Que una mariposa guarde
Aleteos para tus tardes
Que el trino de los pajaritos
Haga que en las noches sueñes superbonito.

Y que los días te besen
Una y mil veces que vayan y regresen
Días grises, días verdes, días con árboles
Días de exhostos y reveses.

Y que te besen
Una y mil veces que vayan y regresen
Enfoca, cae en la nota, vence la derrota
Prende velas en la oscuridad.

Y que te besen
Una y mil veces que vayan y regresen
Ojo con los precipicios
No vayas a caer en el abismo.

Y que te besen
Una y mil veces que vayan y regresen
Días grises, días verdes…

Y que te besen
Una y mil veces".

Gracias,
Aterciopelados.

Sitio oficial y mágico de Aterciopelados

7 de noviembre de 2007

Huequitos

Como la pequeña Alicia. Bogotá, febrero 2006No sabes cómo es, no lo ves, pero sientes su dolor fuerte, fuerte, fuerte. El vacío duele.

De pronto se convierte en un gigante negro que lo devora todo, que te asfixia y que te transforma en esa pequeña Alicia que se ahoga en sus propias lágrimas de cuando fue alguien enorme.

Entonces bajas la cabeza, miras tu pecho y lo ves plagado de pequeños huequitos, agujeritos que se van uniendo entre sí hasta lograr un gran vacío que no sabes cómo rellenar.

Verle las orejas al lobo

Silueta en negro. Aldealseñor, mayo 2006
Sobresalen a penas un poquito, por encima de las dudas, de las ilusiones antiguas y desdibujadas. Desde hace un tiempo le estoy viendo las orejas al lobo y me siento como una niña pequeña, a quien el miedo paraliza. No sé qué hacer, no sé qué estrategia inventar para dar caza a ese lobo feroz que cada vez se cierne más monstruosamente sobre mí.

Y sigo pensando y pensado, en correr y correr para dejarlo bien atrás y encontrar un escondite seguro en el que refugiarme de él. Pero nunca acabo de empezar a correr, nunca mis planes se convierten en realidad. Y sólo puedo sentir cómo su figura me hace cada vez más sombra hasta que, un día, me desvanezca en la oscuridad.

El lobo, el miedo, casi ha consumido la energía que algún día tuve. Y parece como si ni los viejos amigos convertidos en ídolos por la memoria, ni esos queridos amigos que constantemente me acercan su hombro para que me apoye en él, lograran convencerme de que el lobo sólo existe en mi imaginación.