Todos los medios de comunicación destacan lo maravilloso y bello del encendido del pebetero con la llama olímpica en el Estadio de Pekín. Sí, muy bonito, precioso eso de llegar volando, dando una vuelta por el cielo del estadio. De una belleza refinada. Digna de un poeta visual como el director de cine Zhang Yimou. Por él me he dignado a ver la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, en televisión, porque me encantan sus películas. Y no ha defraudado con este gran espectáculo.
Pero la verdad es que hoy no quería ver la inauguración de los Juegos de Pekín, lo había dicho hasta en voz alta para afianzarme en ese compromiso-protesta. Y no es que me aburran los JJ.OO. o que tuviera mejores cosas que hacer -como ir a la playa o vacacionear-, no, no. Es que estoy absolutamente en contra de que, lo que fueron unos juegos deportivos planteados en origen para proclamar la paz y hacer una tregua en las guerras griegas (como ayer me recordó B.), se celebren en un país con un gobierno tan represor que ultraja los Derechos Humanos como China.
Y si no, la prueba está en que ayer mismo, la víspera de la inauguración, un numeroso contingente de efectivos de seguridad del Estado chino impidieron a manifestantes pacíficos expresarse contra la falta de libertad religiosa que hay en la República Popular China. Detuvieron a los manifestantes y los alejaron inmediatamente de delante de las cámaras de tv internacionales. Y yo diría que lo hicieron tan "olímpicamente". Me indigna de verdad.
Acto seguido, los noticiarios de ayer jueves, también explicaban que un buen grupo de manifestantes tibetanos refugiados en Nepal, exiliados de su país tras la invasión que hizo China de su territorio en 1951, fueron también "controlados" por miembros de seguridad chinos.
Me indigna todavía más, si cabe.
Así que me reafirmé en mi decisión de hace meses de no dar mi apoyo a estos JJ.OO. y decidí no ver su ceremonia de inauguración.
Pero la curiosidad mató al gato y, tras estar trabajando toda la mañana, a la hora de almorzar he decidido dar una oportunidad al Gobierno chino y a Zhang Yimou.
Y era todo muy bonito, muy bien organizado, un trabajo espectacular y precioso, alienante de verdad... hasta que un montón de figurantes formaron en el centro del escenario una paloma de la paz. Casi me atraganto cuando lo he visto.
Y no me vale que me digan que el Estadio se llama El Nido, por su forma.
Gran intento de lavar su imagen, por parte del Gobierno de la República Impopular China. Pero de una desfachatez apabullante: un día censuran y detienen a diestro y siniestro, dentro y fuera de sus fronteras, a personas incluso de otras nacionalidades (y de lo que no nos habremos enterado, no quiero ni pensarlo), y al día siguiente enarbolan la paloma blanca de la paz en tamaño estratosférico.
Simplemente no puedo creerlo. Es que no tengo palabras para mostrar mi descontento, mi indignación, mi tristeza ante semejante operación de propaganda gubernamental. Y ante ella, todos, millones de personas del mundo aplaudiendo al unísono.
Espero escuchar, leer voces contrarias y de crítica ante esto.
Por otra parte, también he pensado que la aparición de esta paloma podría muy bien ser la expresión de la voluntad por parte de los artistas creativos del show de inaguración. En ese caso sería una idea loable, pero obviamente el problema está en que se lanza desde el lugar equivocado.
En ese caso, y de todos modos, creo que el error ha sido del Comité Olímpico Internacional al conceder a China la celebración de estos Juegos y desentenderse de la parte política y de propagación de la paz que ellos conllevan, totalmente opuesta a las ideas reales y a los actos llevados a cabo por las autoridades chinas.
Podrían haberle dado esta oportunidad a China y a continuación asegurarse de que el Gobierno respetaba feacientemente las libertades y los derechos de los pueblos. Pero no. Las autoridades chinas van sonriendo por un lado y arrasando con todo el que se opone a ellos por otro.
Así que yo digo: sí a la paloma de la paz sincera, no a la propaganda falseante china. Sí al pueblo chino que sigue oprimido en sus derechos, sí a la libertad de expresión, sí a los Juegos Olímpicos de verdadero espíritu solidario. No al negocio de los Juegos Olímpicos afianzado en la explotación y en la represión de miles de personas. Sí al pensamiento crítico y, repito, sí a la libertad y al respeto de los Derechos Humanos. No al Gobierno represor chino. Por un Tíbet libre.
4 comentarios:
Querida Belmonta...cuánta razón tienes, pero si en su momentó no se boicoteó Berlín 36 ...menos con estos. Aquí estamos, aguantando violaciones de derechos humanos, ejecuciones por delitos en los que en España sólo te caerían meses de cárcel y suma y sigue...
la guinda del pastel es el playback de la niña en la inauguración...salió la guapa con la voz de la fea ( que la verdad, no era tan fea, yo he visto una foto y era la mar de mona...será que en desde mi jodido eurocentrismo todos los chinos me parecen iguales)
Un anrazo
Comprendo y comparto tu indignación por tamaña vergüenza. El mercado potencial y el ansia de vender se imponen. No hay nada más detras que la mera necesidad de cuidarlos para que nos compren nuestros productos en el futuro. El futuro de los negocios está ahí y por ese motivo se les permite todo.
Nunca entendí que se les concediera la organización de unos JJOO aunque no sé si hubiera sido capaz de boicotearlos. Apenas pude disfrutar de ellos porque en Japón sólo se miran el ombligo y no tuve mucha oportunidad pero reconozco que, de haber podido, me hubiera tragado todo porque, si hay algo positivo, es que al final el deporte se impone a la política, como debe ser. Pero que nos hayamos parado frente al televisor para ver ganar a Nadal no debe impedirnos ver que hay millones de personas reprimidas y seguir denunciándolo. Petons
Queridísimos Fritus y Yago,
Desde luego, si no se boicoteó al Berlín nazi, menos a la China que ha abrazado el capitalismo "salvador"!! Tienes toda la razón, Fritus, qué ilusa soy! Y Yago, a pesar de mi indignación, he sido la primera en no despegarme de las competiciones, porque tienes razón, el espíritu deportivo es otra cosa totalmente diferente de los que predica el Gobierno chino con su ejemplo...
Petons a los dos!
lo que no entiendo es ¿como es eso de que China detiene a personas fuera de sus fronteras?
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