17 de agosto de 2006

Poesía

Los pescadores en la Barceloneta. Mi fotoAlguien me preguntó un día si me gustaba la poesía. Yo dije sí. Pero un sí a medias, porque no me considero una entendida ni una gran lectora de ese género. Quizás porque es más difícil acceder a él, quizás porque nunca nadie me llevó de la mano por esos parajes literarios -al margen de los que aprendimos en el colegio-, o quizás porque nunca tuve esa inquietud ya que siempre me tiró más la prosa poética o los poemas sin rima o qué sé yo.

Tras mi respuesta a aquella pregunta -que vino a ser algo más o menos como lo que acabo de escribir- ese mismo alguien me pidió un día que escribiera un poema, mi primer poema no infantil. Creí que iba a ser algo muy difícil para mí: puede que por esa razón, porque la buena poesía me parece algo inalcanzable a mi creación, nunca le dediqué mayor tiempo ni esfuerzo. Me inspiraba y me sigue inspirando mucho respeto.

Pero para mi sopresa, escribí algo coherente con cierta rapidez que, además, gustó en su ritmo a ese alguien. Lo cual me da ánimos para adentrarme en ese mundo y para reproducir aquí esos mis primeros, tímidos y humildes pasos poéticos, alejados de la prosa y con estructura de versos. Ah! Y acompañan a esta foto que hice en uno de los muelles de la Barceloneta.
Ese poema lo dedico hoy a los que tienen el valor y el arte de crear verdadera poesía. Pero estos versitos siguen dedicados en especial a quien lo estuvieron desde el principio.

Cae la tarde
Los pescadores se transforman en sombras
que pueblan el puerto.
Son siluetas que dominan el atardecer y se
adueñan de la línea de la costa.
El sol se diluye en el agua del mar y una
gaviota cruza el cielo rumbo al sur.

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