11 de abril de 2007

¡Aire!

Cuando El Cabrero canta fandangos de Huelva, a veces dice con esa gracia innata "¡Aire!", a lo que su fiel guitarrista Sousa responde con una improvisación que da vuelo definitivo a la canción. Me encanta y estos días su voz, su música y su aire han puesto banda sonora a una ruta por tierras gaditanas que me ha dejado como nueva.
Salir de las propias obsesiones y ventilar la mente con lugares, gentes, sabores, olores y acentos nuevos es lo mejor que a uno le pueda pasar, o por lo menos eso pienso yo y así lo siento. Es el encanto de los viajes y el poder regenerador que ejercen sobre el espíritu es tan importante para mí que, incluso, me parece como si mi mente, de repente, se expandiera físicamente nada más emprender la marcha. ¡Hasta creo que casi levito cuando salgo de viaje!
Por corto que sea o cercano el destino, salgo de las sombras para descubrir la luz.

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