
Y desde esta mañana sigo caminando con arena en los zapatos, con todo lo que eso implica para mí. Vuelvo a caminar por Berlín, a sentarme al sol en la ribera del Spree, descansando tras recorrer los restos del Muro en East Side Gallery.
Y mientras vuelvo a caminar con arena en los zapatos, no puedo dejar de recordar lo duro que debió ser para la gente del Berlín Este vivir como adormecidos, viendo pasar la vida a través de un agujero.
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