Hace casi un año me puse un contador de visitas en mi blog, más por curiosidad que por un afán de saber a ciencia cierta el alud de lectores que tengo (que por supuesto no son tantos, más bien al contrario: se pueden contar con los dedos de una mano quienes se pasean a diario por este patio de mi casa).
El caso es que el contador que me puse ha implementado motores de búsqueda y localizadores de las visitas que me parecen fascinantes y que me permiten saber desde qué país se conecta un internauta, qué sistema operativo o qué navegador utiliza. Algunos de estos datos me sirven poquito, la verdad, pero otros me resultan tan curiosos como el descubrir que desde hace un tiempo recibo bastantes visitas desde México. Y digo curiosos porque mi blog no se centra en temáticas mexicanas, ni recuerdo haber explicado anécdotas que me hayan ocurrido en México o con alguno de mis amigos mexicanos.
Pero por algún motivo, ahí estáis cibernautas mexicanos haciendo ascender el número de lectores de este blog. Muchas gracias, la verdad. Porque ninguno de vosotros sois de esos sufridos amigos o conocidos a los que les envío la dirección para que lean mi más reciente post. O de la sección colombiana, que más o menos veo los cauces por los que pueden llegar.
Ni de la chilena, que también localizo las vías de acceso. Y eso sin hablar de las visitas de Barcelona, Pamplona o Madrid, que también. Gracias a todos ellos también.
Pero hoy toca un agradecimiento especial a los lectores espontáneos. ¡Qué viva México! (y aquí hay que ponerle el acento y entonación mexicanos tan característicos para comprender el alcance e intención de esta expresión).
No hay comentarios:
Publicar un comentario