"Yo, hasta hace poco, he estado pendiente de un futuro que nunca va a existir. Y yo lo que quiero es existir". Así hablaba Jose, que protagoniza el documental "El taxista ful", que acabo de ver hace nada en el canal 33. Jose -que a los cincuentaytantos años se quedó en paro- robaba taxis para ganar algo de dinero como taxista 'ocasional'; luego los devolvía intactos y dejaba parte de sus ganacias para su auténtico propietario.
Tras toda una vida matándose a trabajar para poder tener una vida 'normal', al quedarse en paro Jose pierde a su familia y descubre el sinsentido de cómo está planteada la existencia de la mayoría de las personas, que dedican gran parte de su vida a trabajar para, algún día, tener dinero suficiente para poder vivir mejor. Lo malo es que mientras anhelan llegar a esa vida soñada, están gastando su vida real.
Si lo pienso un poquito, la verdad es que sólo he tardado un segundo, ésa es la razón por la que voy a dejar la oficina en la que me estoy consumiendo. Porque en algún momento que otro, y a poder ser más temprano que tarde, todos deberíamos poder permitirnos el 'lujo' de dedicar algo de nuestra vida a vivirla intensamente. Es un derecho que no se enseña en la escuela y que tampoco aparece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero es el derecho a vivir estando satisfechos con la propia vida y, lamentablemente, la precariedad aleja a la inmensa mayoría de la población mundial de ese derecho.
Por eso, repito una y otra vez que odio el dinero y todo lo que implica. Y al conocer la filosofía del colectivo Dinero Gratis -que aparece en ese documental-, por fin he encontrado a alguien que comprenda ese deseo -que he manifestado muchas veces a gente diferente que acababa por mirarme como a una débil mental-, sobre la utopía maravillosa que sería que el dinero no existiera. Sé que es algo ilusorio y nunca se llegará a producir esa situación extasiante. Pero, pensadlo de forma inocente sólo un momento y decidme si no sería fantástica la vida sin que el dinero nunca se hubiera inventado. ¿A que sí?
2 comentarios:
Si
Pues ya somos más los que pensamos así, Boris.
Un beso
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