29 de diciembre de 2007

Inmenso y bello desierto

Inmenso y negro. Inmenso y gris. Inmenso y frío.
La Luna lo ilumina mientras las estrellas le hacen guiños hasta el horizonte.
Inmenso y suave. Inmenso y rojizo. Inmenso en el silencio.
El Sol apunta tras la colina ondulada mientras la Luna permanece serena.
Inmenso y bello. Inmenso y ocre. Inmenso desierto en Merzouga.

A lomos de un dromedario al atardecer del día de Navidad en Merzouga. 2007

17 de diciembre de 2007

Incendios

Llanto en la pared. Amsterdam, agosto 2007 El arte es como el incendio: nace de aquello que quema.
Jean-Luc Godard

Sólo me queda añadir que estoy totalmente de acuerdo con Godard, porque el arte verdadero, ése que llega adentro adentro, que toca nuestra sensibilidad, con el que personas de lo más diferentes se sienten identificadas, es el que nace de alguna clase de dolor. De un sentimiento que tiene que ver la mayoría de veces con el sufrimiento.

Y si no, pensemos por ejemplo en el amor, que puede ser algo feliz en su variante de emoción correspondida. La expresión de ese amor feliz puede devenir en algo empalagoso, caramelizado y pasteloso. No nos engañemos, suele resultar ñoño: canciones ñoñas; dibujos ñoños de corazones ñoños que decoran postales de San Valetín ñoñas; por no hablar de poemas ñoños.
En cambio, el amor no correspondido, que quema, que incendia el alma, suele desembocar en geniales obras que expresan emociones intensas.

Reconozco que hay numerosos y notorios casos que conforman la excepción a esta regla de correspondencia entre arte-dolor, pero estoy convencida de que los artífices/artistas tienen más de una cicatriz emocional que aún sigue supurando.

8 de diciembre de 2007

Homus pericolosus, homus rigidus

Música espontánea en Quibdó, Colombia. Septiembre, 2006
Dicen los indígenas de América del Norte que un hombre que no canta ni baila es un hombre peligroso. Sinceramente, no me fío de la gente a la que no le gusta la música, que no se apasiona con ella.

La sabiduría popular del otro lado del Atlántico también viene a concluir lo mismo que las comunidades originarias de Norteamérica con el dicho: "La música amansa a las fieras". Por lo que se deduce que si los hombres somos animales y los animales, fieras, entonces la música amansa a los hombres. Y llegamos al origen, porque el hombre deja de ser peligroso -esto es, fiera- si canta y/o baila.
Dándole más vueltas al asunto, no cuesta ver más allá y darse cuenta de que, sin duda, la música es el lenguaje universal capaz de traducir y transmitir sensaciones a gente de todo el Globo, rompiendo fronteras culturales, idiomáticas e ideológicas.

A lo mejor, durante las grandes cumbres mundiales de poder debería haber un DJ que, con su música, transformara a los jefes de Estado, militares y demás magnates en hombres no peligrosos que llegaran a acuerdos realmente inofensivos para el resto de la Humanidad.

7 de diciembre de 2007

Primero el fin y luego el principio

Dentro de poco, esta máscara ya no será necesaria. Aarhus, Dinamarca. Septiembre, 2007 Es extraño, pero muchos me entenderéis cuando digo que, a menudo, es necesario que llegue el fin para dar paso al principio. Tiene que acabar algo para que pueda empezar un tiempo diferente.
En estos días me encuentro en esa situación, porque me ha sido imprescindible dar por finalizada una fase de mi vida -aunque eso haya implicado ir 100% a contracorriente, tomar la decisión opuesta a la que hubiera tomado la mayoría de gente cabal-, para volver a respirar. Concluye una fase para que pueda empezar otra, que espero que me traiga muchas vivencias, si bien ya sé que mucho dinero no traerá. Pero eso me importa más bien poco.
Así que, a tres días para el despegue, se despide de todos la también conocida como Princesa Nuclear.
Adiós a todos mis compis de estos dos años y medio, gracias por tantas cosas y nos vemos otro día.