No hay nada más que decir ante la barbarie a la que China está sometiendo al Tíbet desde la Revolución maoísta. Por un Tíbet libre, por la libertad de las personas y el derecho a la soberanía de un pueblo oprimido, de una cultura silenciada, de una nación invadida.
Por la libertad y el respeto hacia la diferencia y hacia la vida.
Más información: "50 años de impotencia".
"China acusa al Dalai Lama de...".
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