Leo en la prensa que esta madrugada el ejército colombiano ha matado al número 2 de las FARC, "Raúl Reyes", y a otros 16 guerrilleros y un escalofrío me recorre el alma. Sobre todo porque, tal y como está la situación de los secuestrados por ese grupo armado, y principalmente la salud y el ánimo de Ingrid Betancourt, con esta acción por parte del Estado, las cosas parece que no van a ir mejor para ellos. Quiero decir que, el Gobierno Uribe así no da muestras de buena voluntad negociadora ni de propiciar las circunstancias para que las FARC liberes inmediatamente a los secuetrados.
Me preocupa, pero no me extraña que Uribe actúe así, porque demuestra cuáles son sus verdaderas intenciones, y no se trata precisamente de dialogar ni de propiciar el escenario adecuado para la pacificación en Colombia. Durante unos días, los precedentes e inmediatamente posteriores a la liberación de los últimos 4 ex-parlamentarios, Uribe fue un lobo con piel de cordero.
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