28 de abril de 2008

Despertador

Con Brandon y Victoria en Belalcázar. En marzo, 2008
Pareciera que todo intentara recordarme que he estado lejos de casa un tiempo y que esa experiencia ha sido importante. Ahora es el despertador del teléfono móvil -el "celu"- colombiano el que me tortura conectándose a pesar de estar apagado y sonando a horas extrañas desde el cajón en el que lo había guardado.
Es como si me dijera: "Bienvenida a un nuevo día. Aunque sea a miles de kilómetros de donde estabas". Al principio creía que la cosa era una especie de poltergeist (porque pensaba que simplemente con apagar el móvil ya estaba solucionado), pero las siguientes veces el asunto me pareció simpático y hasta emotivo. Porque yo no olvido los momentos que he vivido allí y es como si ellos tampoco quisieran que los olvidara.


Con Yuan y Marjorie en Inzá. También en marzo, d2008

26 de abril de 2008

Insomne

Así me siento yo ahora, cuando no puedo dormir. Como este graffitti de Bogotá. Abril 2008Vale, ahora ya no tengo fiebre pero sigo con el jet lag encima y no puedo dormir... por la noche. y sin embargo, durante el día me quedo absolutamente inconsciente en la cama hasta las 3 de la tarde.
Así que, ok, lo admito, físicamente me está costando volver más de lo que creía que me costaría psicológica y emocionalmente. Ahora es Vicky la que me ha dicho -vía Facebook, claro, porque ella sigue en Popayán- que mi cuerpo añora el trópico. Y digo yo que "de pronto" -expresión que se utiliza en Colombia para decir "a lo mejor"- sea cierto. Pero he decidido que pase lo que pase, mañana por la mañana me levantaré a las 9 y me pondré en acción. A pesar de los pesares y de lo que manifiesten mis células, mañana aterrizo definitivamente en mi vida.
Sobre todo, porque he de prepararme para participar en la próxima expo colectiva de la Barceloneta en la que cuentan conmigo y en la que yo tengo muchas ganas de estar. Y porque he de preparar otra con las fotos tomadas en Colombia. Y porque he de montar las imágenes que grabé allí. Y quedar con los amigos a los que el maldito Jet Lag ni siquiera me ha dejado contar que ya he llegado. Y he de ir a la playa, que todavía ni la he visto!!
En fin, gracias, Jet Lag, por hacerme dar cuenta de lo importante y significativo que ha sido poder viajar durante casi tres meses al otro lado del Atlántico, pero ya puedes descansar. Eso ha sido todo, Jet Lag, ya puedes retirarte hasta la próxima ocasión (y aquí guiño un ojo cómplice al lector, porque esto significa que habrá una próxima vez en que viaje a Colombia, que parece que es el país que he adoptado como mi segundo país del alma).
Y ahora es cuando la insomne de la historia, que soy yo, se va ala cama a intenar conciliar el sueño. De nuevo, bona nit.

25 de abril de 2008

De jet lag y de registros

popayán, marzo 2008. Se abre una grieta en mi corazón
Llegué el domingo a casa, me vinieron a buscar al aeropuerto y por la noche... me dio fiebre. Y ya no salí a la calle hasta dos días después. Me dice Natàlia que seguramente es no quería enfrentarme a la dura realidad del regreso. Es posible. Pero tengo demasiadas cosas que hacer en poco tiempo como para que esa sensación me pueda afectar. Debe ser el Jet Lag, me dicen casi todos. Yo creo que me resfrié en el avión.

No sé, quizás sí que me encuentre todavía fuera de lugar. Aunque lo cierto es que en Colombia tampoco es que me sintiera "uno de los suyos". Mi altura (en el Cauca), mi color blancucho de piel (en el Cauca y en el Chocó) y mi aCento (con C castellana, no con S colombiana) (en Bogotá y en todas partes, vaya) me delataban. He entendido a todos esos inmigrantes que se sienten observados y juzgados constantemente por el solo hecho de tener un color de piel o una forma de hablar diferente. Es más, yo fui una "sin papeles" por cuatro días en Colombia!!!! De acuerdo, solamente me caducó el permiso de turista y no tuve problemas al renovarlo, previo pago de 63.000 pesos (21 euros aproximandamente). Pero alcancé a percibir el nerviosismo que se siente al pensar que te pueden pedir la documentación y no la tienes en regla. Y más en un país donde la seguridad y los controles del ejército son tan importantes como en Colombia. Sudor frío.
Y hasta el último momento, la esculcan a una por ser extranjera y viajar sola a Colombia. Entiendo que piensen que es algo raro (qué poca confianza en su país y sus posibilidades!!!) pero no comparto que crean que todos los extranjeros que viajan allí son "mulas". En el aeropuerto de Bogotá me registraron 3 veces las bolsas de mano y hasta me hicieron poner en la videocámara una de las cintas que había grabado y que el soldadito huevón de turno seleccionó al azar. Lo hizo cuando le dije que había estado como profesora de español con indígenas, que para los ignorantes del ejército equivale a decir guerrilleros de las FARC. La verdad es que tuve suerte y el tipo escogió una cinta "inocua" en la que no aparecía ningún lider del CRIC gritando la cantidad de compañeros muertos en 37 años víctimas de ejército, paramilitares y guerrilla. Que la tengo...
De todos modos, nunca se me ocurrió decir a las autoridades que era periodista, tampoco estoy tan loca!!

Tras esos registros, en Barcelona llegó el habitual tratamiento "especial" a los pasajeros procedentes de Colombia. Y nuevos registros por lo mismo, por ser una mujer que viajaba sola desde Bogotá. Igual a sospechosa de ser narcotraficante. Precioso.

Así que tras esta experiencia, entiendo a los colombianos que me preguntaban que si en Europa se les discriminaba y me decían que ellos no viajarían nunca fuera de su país poque no querían que les trataran como a perros. Porque es lamentable la imagen que de Colombia y de sus ciudadanos se vende en el mundo. En fin, qué bonito que es ese país y que linda que es su gente.
Y ya se sabe que en todas las canastas hay algunas manzanas podridas, pero ¿habrá que dejar de comer manzanas por eso y tirar toda la cosecha?
Uff, creo que todavía tengo fiebre pero todo esto no es un delirio. Bona nit.

19 de abril de 2008

Punto y... ¿seguido?

Hoy me vuelvo a casa. Y aunque sea un tópico, es cierto, odio las despedidas. Y durante este viaje he tenido que despedirme de demasiada gente porque he conocido a muchísimas personas increíbles. Pero les he dicho que nos vemos pronto. No sé cuándo, pero será.
Así que éste que se plantea como el fin de esta historia, de este a veces corto y a veces largo capricho que ha sido mi viaje en Colombia, puede ser también un principio. Yo prefiero mirarlo así.
He visto y descubierto tantas cosas que se me agolpan todas a la vez en la cabeza y es como si se me quedara la mente en blanco. O como si tuviera una película pasando a 50.000 revoluciones por minuto, en Fast Forward >>. Ahora sólo me falta darle al Pause e hilvanar todo lo vivido.
Y aunque la nostalgia asome en este post, también tengo ganas de llegar a casa y dar tantos abrazos como pueda.
Si lo pienso, algunos amigos dejaron de serlo tanto como creía que lo eran, pero a cambio, la vida me ha regalado más del doble, más de los que podía esperar. Por eso estoy infinitamente agradecida y sólo me queda decirles a ellos, que pronto estarán lejos, hasta luego!

15 de abril de 2008

Alerta Roja

Leo que el Nevado del Huila, un volcán situado en el departamento colombiano del Cauca, al sur de Bogotá, está entrando en actividad y que el Gobierno ha declarado la alerta roja por el peligro que supone para la población de esa zona.
Inmediatamente me acuerdo de toda la gente que conocí en Páez-Belalcázar hace tres semanas (o ya casi un mes!), el municipio principal de la zona, donde está situada la Asociación de Cabildos Indígenas Nasa CxhaCxha. Pero también trabajaban para esa institución una ingeniera civil y un medioambientalista veterano, quienes me explicaron los peligros que implicaba una nueva erupción del volcán con la subsiguiente nueva avalancha del río Páez. Y quedé horrorizada por lo poco que se escuchaban sus advertencias desde Ingeominas y desde el Gobierno departamental. Advertencias fundamentadas en profundos estudios científicos provinientes, incluso, desde universidades mexicanas. Advertencias que se referían a las labores para impedir repoblar las riberas del río -zonas de alta peligrosidad por las continuas avalanchas- y, obviamente, porque se ha desoído su oposición a las inversiones millonarias y especulativas en la construcción de infraestructuras en esas áreas de peligrosidad.
Pues bien, cuando ahora leo en El País que hay alerta roja por la inminente erupción del volcán, pienso en las más de 10.000 personas que habrá que evacuar, en lo difícil de las comunicaciones terrestres allí, en la cantidad de familias que viven en pequeños resguardos en las montañas y en lo difícil que será evitar desgracias para sus vidas pues quizás será demasiado tarde para ellos. Y todo ello ocasionado por la sed de poder, por la falta de sensibilidad humana de unos pocos que están sentados cómodamente en los sillones de sus despachos a muchos kilómetros lejos de allí.
Mucha fuerza Chucho, Martha, Menchu, Ricardo, Marco Tulio y todos los demás de la Nasa Cxha Cxha, y mucha fuerza también para todos los niños de Belalcázar a los que conocí y con los que que compartimos unos días estupendos.

6 de abril de 2008

Marjorie y Yuan

Yuan y Marjorie. Inzá, marzo 2008
Marjorie tiene 6 años y Yuan, 5. Son primitos y viven en casas contiguas, en la Vereda de La Milagrosa, en Inzá, en Tierradentro (Colombia). Son unos niños increíbles y fueron mis guías y compañeros cuando fui de visita a su escuela para presenciar la práctica de un trueque de productos alimenticios entre los alumnos de todos los cursos.
Son inteligentes, divertidos y, cuando les presté mi cámara de fotos digital para que praticaran y vieran al instante el producto de su creatividad, resultaron ser unos fotógrafos excepcionales de su entorno.
A los dos, y a todos los niños de la esa vereda, les he prometido volver algún día -y espero que más pronto que tarde- para enseñarles el documental que haya podido componer con todas las imágenes recogidas a lo largo de mi estancia en el Cauca. Pero es que no sólo se trata de una simple promesa, es mi voluntad total regresar porque toda la gente que me ha recibido, que ha acogido en su hogar a la que para ellos era una desconocida, son sencillamente personas maravillosas.
Marjorie se sorprendió al verme utilizar un pañuelo de papel porque estaba resfriada y, cuando le ofrecí uno para que ella lo usara porque también lo estaba, me preguntó cómo se empleaba y fue feliz. Y a la mañana siguiente volvió en busca de otro. Pero yo fui aún más feliz por poder ponerla a ella contenta con algo tan sencillo.
Eso es lo que me gusta de mi viaje, redescubrir la sencillez de la vida, la bondad intacta que reside todavía en muchas personas. Podría decir que por fin sé cuál es el sentido de todo esto: recuperar la confianza en la vida y la fe en el individuo. Y a pesar de lo difícil de la situación vital en Colombia, en las pequeñas existencias personales, muchas veces lejos de la ciudad, el espíritu de las personas sigue siendo inocente. Eso me hace pensar todavía con más fuerza que las felicidad es posible.