29 de noviembre de 2008

Sábado

Salmón, malva y gris,
suave es la nube que descansa sobre mí.
Las gaviotas revolotean sobre el asfalto
y la tarde se despide en mi regazo.
Ya la noche de otoño cae, transparente,
bello espectáculo por el que la ilusión florece.

27 de noviembre de 2008

Ruge el Nevado del Huila

El río Páez en marzo, desde un resguardo indígena en lo alto de una montaña, en Tierradentro (Cauca). Marzo 2008.
Tras 500 años durmiendo, se despertó, como bostezando, en marzo de 2007. Y este el jueves 20 de noviembre ha acabado por rugir y por volver a provocar el desastre. La erupción del volcán Nevado del Huila, situado en el sureste de Colombia, a poco más de 280 kilómetros de Bogotá, ha dejado sentir su fuerza y ha arrasado el valle del río Páez, causando una decena de muertos y dejando a 3.000 personas aisladas. Y la población más afectada han sido los habitantes de los resguardos indígenas de las laderas de esas montañas andinas, y de los municipios de Inzá y Belalcázar.

Leo la noticia hoy, ¡una semana después!, y me da un vuelco el corazón. Sé positivamente que este tipo de post no genera mucho tráfico de lectores, pero me da igual. Tengo que escribirlos por compromiso, por agradecimiento hacia gente maravillosa y porque hay que evitar que los efectos de desastres naturales sigan siendo tan nefastos por abandono institucional de zonas habitadas por pobladores resitentes al poder.

Y es que esta noticia me afecta especialmente porque, hace tan sólo unos meses, estuve conociendo precisamente toda esa zona, recorriéndola y descubriendo la maravilla de esa naturaleza escondida y de sus cálidas gentes. Me dieron la bienvenida y me acogieron como si fueran mis amigos de siempre. Y los niños, en la plaza principal de Belalcázar, nos explicaban -a Yesenia, mi compañera en ese viaje, y a mí- cómo había sido la última avalancha producida por el deshielo de las nieves del volcán, en 2007. Los mayores, por su parte, también nos contaban el horror de la desastrosa avalancha de 1994.

Esta es una vista de Belalcázar en marzo. La calle principal que lleva a la Plaza y a la Iglesia. La hice el 10 de marzo, concretamente.Copyright, Judith Belmonte Rivera
Y los efectos de esas catástrofes eran visibles allí donde uno mirara, porque en todas las calles había indicaciones sobre el camino de huída a seguir en caso de crecida del río. O muchos de los trabajadores que te encontrabas por la calle eran o bien personal de emergencias de Cruz Roja, o de Ingeominas (Instituto Colombiano de Minería y Geología), o ingenieros de caminos, canales y puertos. De hecho, ante nuestra llegada al pueblo, los niños enseguida nos preguntaron si éramos trabajadores de Ingeominas.

Durante mi estancia en Tierradentro, que es la zona del departamento colombiano del Cauca en la que se ubican Belalcázar e Inzá, pude conocer a ingenieros especialistas en seguridad que me hablaron sobre los peligros que entrañaba una nueva erupción del volcán dormido. De ello escribí el post Alerta Roja, el 15 de abril. Este equipo de investigadores me confesaron lo desprotegidos que se encontraban ante la poca o nula voluntad que el Gobierno colombiano tenía de escuchar sus voces de alarma. Me enseñaron fotografías y estudios de eminentes científicos internacionales que apuntaban al peligro real de una nueva avalancha producida por la casi segura erupción del volcán. Y se quejaban de orar en el desierto, pues no recibían la debida atención gubernamental.

Yo estuve en la zona en marzo... y el volcán se quejó el 15 de abril. Entonces los daños no fueron mayores, pero 7 meses después ha habido muertos, más de 3.000 personas afectadas, infraestructuras destrozadas, cosechas perdidas... vidas rotas. Espero que todos aquellos a quienes conocí se encuentren bien. Aunque seguro que, desgraciadamente, todos ellos serán amigos de alguien a quien el lodo de la avalancha le habrá segado la vida. Quisiera que esta plataforma sirviera para hacerles llegar mi apoyo y solidaridad, sobre todo, mucha fuerza para superar esta nueva prueba.

Es cierto que los desastres naturales muchas veces son inevitables... pero sus efectos cada vez son más predecibles y se pueden paliar. Querría hacer un llamamiento a las autoridades responsables para que el brillo de la codicia desaparezca de sus ojos, dejen de actuar llevadas únicamente por intereses puramente económicos y se ocupen de las personas que forman su nación. Porque ahora es demasiado tarde y 10 personas ya no están aquí para contarlo.

Más info
http://www.nortecastilla.es/20081122/mas-actualidad/mundo/menos-muertos-erupcion-volcan-200811222243.html
http://elmercuriodigital.es/content/view/14866/53/
http://www.elperiodico.com/default.aspidpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=500760&idseccio_PK=1007
http://www.20minutos.es/noticia/430941/0/COLOMBIA/VOLCAN/

21 de noviembre de 2008

Una de malos

Ya somos lo suficientemente mayorcitos como para saber que, en la vida, las cosas no son sólo blancas o negras, ni las personas buenas o únicamente malas. Se nos ha repetido por activa y por pasiva que existe una infinita gama de grises entre los que estamos ubicados todos. De acuerdo.

Pero no es menos cierto que "las meigas, haberlas haylas". Así que, sabiendo que todos los que se definen como buena gente tienen un punto de malicia y que, hasta los malos más malosos tienen su corazoncito, me encuentro en condiciones de afirmar, por haberla sufrido en propias carnes, que HAY GENTE MALA QUE TE CAGAS, PERO MALA, MALA.

Mala a más no poder. Tanto que, sinceramente, yo no les veo el rastro de bondad que alguna vez pudieron tener, aunque fuera en la más tierna infancia. También es verdad que hay criaturas que son todo menos angelicales...

En fin, lo peor es que estos malos y malas se creen la madre Teresa de Calcuta. Fíjate que hasta me dan pena, pobres, ahí, viviendo en su feliz ignorancia. Pero sin embargo le van jodiendo la vida a la gente sin que se les rompa una uña o se les despeine una greña. En realidad, disfrutan.

Sólo de pensar en algunas y algunos de esos malos de tres al cuarto -y no entro ya a hablar de genocidas, dictadores y malvados de ese calibre, que eso son palabras mayores y sería tema para otro post-, de los que a todos nos ha tocado sufrir, se me retuercen las tripas.

Mira, la verdad te digo que no vale la pena ni repetir su nombre mentalmente. Hay que aniquilar de la faz de la Tierra cualquier rastro de su actividad malévola. Y lo mejor para conseguirlo es que caigan en el olvido absoluto. Porque si los olvidamos, si los ignoramos, dejan de existir. Y con ese olvido también desaparece su poder de acción.
Ahora bien, habrá que advertir previamente a todo quisqui de cuál es su modo de actuar para prevenir a los amigos! Y a las almas candorosas!

En cambio, con los genocidas, dictadores y criminales que atentan contra los Derechos Humanos en cualquier parte del mundo y en cualquier época, hay que ser estricto y no olvidar nunca. Para que se haga justicia con las víctimas, para que nadie más vuelva a sufrir atrocidades similares.

Ahora que lo pienso bien, con los malos de tres al cuarto, con los mindundis de la maldad que actúan a pequeña escala pero que igualmente devastan vidas, aunque en otra proporción, también hay que ser firme. Y plantarles cara, para que sepan que a pesar de que están jodiendo, la víctima se lo recrimina en su cara y se defiende, aunque sea únicamente ejerciendo su derecho a la pataleta.

Pues bien, aquí y ahora ejerzo mi derecho a patalear contra cierta persona de género femenino a la que no tengo ningún reparo en tildar de MALA, MALA y MÁS QUE MALA. MALVADA. Ya no me da la gana de que me pises más sin decirte que sé cómo eres de vil y de mezquina.
Esto va dirigido a una sola persona con sus dos nombres y sus dos apellidos, pero si hay otras que se sienten aludidas... ellas sabrán por qué!!

13 de noviembre de 2008

Lo que trae el mar

Cada día llegan a las costas españolas una media de 50 inmigrantes que intentan alcanzar su sueño de felicidad y prosperidad en el Norte. CADA DÍA. Y ésas son las cifras que sabemos, es decir, de los cayucos y /o pateras que son interceptados por las autoridades. Con lo que la realidad es mucho peor; muchas más personas son las que tratan a diario de arribar a tierra europea, arriesgando doblemente su vida: primero a merced de las condiciones de la mar y segundo, a merced de las mafias del contrabando de personas.

Lo que quiero decir con todo esto es, que el hecho de que CADA DÍA leamos en la prensa y en internet estas noticias, oigamos en la radio estas cifras y veamos en la televisión las imágenes de temblorosos inmigrantes sufriendo por la dureza de la travesía, nos hace insensibles a ello. Ese dolor nos empieza a parecer como parte de la normalidad, parte de nuestro paisaje diario. Ya no le damos importancia, como tampoco a los 50 muertos que -de uno u otro bando- caen CADA DÍA en Irak, por poner sólo un ejemplo.

Pero lo trágico del asunto, la paradoja del periodismo, de esa información es que no podemos dejar de hacerla pública a diario, a pesar de que parezca no afectarnos ya la gravedad de los acontecimientos, a pesar de que nos acostumbremos a ellos. Porque si dejamos de leerlos, si dejamos de publicarlos cada vez, dejan de existir para el resto del mundo, para quienes no han sido testigos de ellos. Y si dejan de existir a nivel mediático, el sufrimiento real de los protagonistas... pues tampoco existe. Y entonces su voz, la injusticia de la que son objeto y que denuncian... pues también se hace invisible y muchos más como ellos pueden ser víctimas de injusticias similares.

Hemos de tratar de no perder esa capacidad de sorpresa y de sentir el dolor ajeno. Hemos de buscar identificarnos con los problemas del otro porque en realidad son los nuestros. Y el buen periodismo debe orientarse en esa senda, porque desde ahí es que cobra verdadero sentido su labor. Ahí está su esencia. Yo sigo llorando al ver muchas noticias de los telediarios y no estoy dispuesta a cambiar de canal.

10 de noviembre de 2008

Uno + Uno

Alguien me dijo una vez que uno más uno era igual a uno, en una declaración de amor que me pareció preciosa (y que me lo sigue pareciendo. También me parece una maravillosa declaración de amistad verdadera). Y me escribió la siguiente fórmula en un papel que sigue colgado en mi cocina: Uno + Uno = Uno!

Pero en ocasiones esos dos Unos que andan sueltos no llegan a confluir al 100% en la unidad. Y la fórmula acaba dando error. Y Uno + Uno resulta ser mil pedazos. Y cada vez cuesta más juntarlos sin perder algún cachito por el camino.

8 de noviembre de 2008

Tiempos difíciles en el Cauca

La verdad hay que proclamarla a gritos, y los indígenas del Cauca llevan muriendo por ello desde hace 37 años He estado demasiado absorta trabajando durante cuatro meses: esa dedicación ocupaba todo mi tiempo y mi espacio físico y mental. Y en este último mes, las cosas han estado realmente difíciles para los indígenas en Colombia, en especial para las diferentes comunidades del Cauca. Era una deuda ética y moral -y sobre todo mi deseo- hacerme eco de ello en mi blog.

Ya en febrero de este 2008 declararon iniciado su proceso de liberación de la Madre Tierra, que implica principalmente la reivindicación de sus derechos como pueblos indígenas sobre un territorio que les pertenece por origen. Desde entonces sus líderes han estado recibiendo serias amenazas de muerte.

Por supuesto, a esa reclamación de devolución de tierras -que les prometió el Gobierno colombiano en 1999 y que todavía no se ha llevado a cabo-, se suma la proclamación de su orgullo identitario y la reiteración en manifestar que sus comunidades están absolutamente desvinculadas de cualquiera de los actores armados del conflicto: guerrillas y paramilitares. Por más que insistentes voces con poder político se empeñen en implicarlos como miembros de las FARC para desacreditar sus reivindicaciones. Falsas acusaciones, así de claro.

Mi propósito con este post, simplemente es el de hacer llegar el mensaje de estas comunidades indígenas sin las distorsiones de los medios de comunicación mayoritarios, dependientes en la mayoría de ocasiones de intereses económicos y políticos que se sitúan por encima de la transparencia informativa y de las vidas y culturas de los pueblos indígenas, en este caso.

Por eso, únicamente os invito a echar un vistazo a las noticias emitidas por los propios protagonistas de la movilización: desde las organizaciones indígenas ACIN o la ONIC, para que conozcáis de primera mano su versión. Y luego podéis compararla con la de medios masivos como El Tiempo, por ejemplo.
La verdad hay que proclamarla a gritos, y los indígenas del Cauca llevan muriendo por ello desde hace 37 años. En realidad, desde hace más de cinco siglos.

1 de noviembre de 2008

Curiosity killed the cat

Echando un vistazo desde una pared de Madrid. Julio, 2007Me doy cuenta, mientras vuelvo a casa caminando de noche, de que suelo mirar a los ojos a todo aquel con quien me cruzo. Y ésa es la fuente de la mayoría de mis problemas.
Puede parecer algo superficial o vano, pero esta idea me ha llegado con fuerza, en una especie de flash iluminatorio, de ésos que me suelen asaltar cuando camino en la noche, cuando hay menos ruido y puedo escuchar lo que me quiere contar mi cabeza.

Tampoco es para exagerar, ni sobre los probblemas que tengo ni sobre la influencia que en ellos ha tenido esta característica mía. Pero bueno, el hecho de mirar a la gente a los ojos, como escrutándolos un poco, pues sí que ha desencadenado muchas de las cosas que me pasan, de poca o cierta importancia.

Es por eso que, por ejemplo, cualquier cantidad de gente -como dicen los chilenos- me escoge s-i-e-m-p-r-e para preguntarme direcciones a seguir para llegar a un sitio, no importa la ciudad o pueblo del mundo en el que me encuentre. Como si llevara una i de información a modo de sombrero.

Es por eso, también, que todos los personajes pecualiares que deambulan por la calle se deciden a hablarme como si me conocieran de toda la vida. Ya sean homeless, borrachos, buscadores de putas, guiris -extranjeros de tipo rubio anglosajón- de medio y de alto pelo, latino, chinos, magrebíes... Da igual. Incluso algunos mendigos me han llegado a dar unas monedas al pedirme algo de cash y decirles que yo tampoco andaba del todo sobrada de money.

Por no hablar de mis -ya comentados en otros posts- desconocidos acompañantes espontáneos nocturnos en el camino a casa (aclaro, acompañantes desconocidos sólo de paseo... a los otros -de haberlos- no se me ocurriría comentarlos en público, obviamente).

Total, que no sé si se trata de algo bueno, malo o regular, pero de lo que sí estoy segura es que al mirar a alguien a los ojos se genera una especie de confianza que, a veces, a lo único que lleva es a ser objetivo de mentes rápidas, en especial en el campo laboral. Me explico: esas mentes sagaces, y casi siempre mezquinas, la escogen a sumercé -como dicen los colombianos- como espalda en la que cargar amplias responsabilidades que les corresponden a ellas. Y hasta que aquí la mirona se percata de la jugada, pues es casi tarde.

En definitiva, que cada día me digo eso de que la curiosidad mató al gato. Pero mis ojos son más rápidos que mi voluntad.