11 de febrero de 2008

Fassbinder

Cada siete años, se produce un año con 13 fases lunares, lo cual afecta de forma fatal en el estado de ánimoIncreíblemente, recordé cómo llegar al cine Teusaquillo dos años después de haber ido por primera vez y no haber vuelto más. Creo que mis pasos me llevaron hasta allí de forma premeditada para ellos aunque no para mí.
Este cine está situado en el barrio del mismo nombre, Teusaquillo, en Bogotá claro. Es de esos clásicos cines que aquí llaman teatros, por la traducción literal del inglés, como tantas otras cosas. Teatro de marquesina con neón blanco en el que se coloca el título de la película a base de letras sueltas sobre renglones negros.
Pues bien, mis pies me condujeron hasta el Teusaquillo para descubrir que había programa especial de directores alemanes: Herzog, Fritz Lang y Fassbinder. Qué paradoja. Me paso dos años y medio trabajando con alemanes y ahora, en Colombia, me meto en la sala a ver cine alemán. Y, por supuesto, elegí Rainer Werner Fassbinder, uno de los preferidos de Edi, mi profe de guión. Y qué fascinante, porque el Teusaquillo tiene sesión matinal. De hecho, en Rololandia -alias Bogotá- la práctica totalidad de los cines del tipo Cineforum, tienen esas estupendas sesiones. Me encantan porque es cuando más disfruto el cine, de día, bien despierta. Las sesiones golfas -de madrugada- de Barcelona pueden conmigo y acabo luchando contra el sueño.
En fin, "Un año con trece lunas" de Fassbinder, a las 2 de la tarde y con sólo tres personas más en el Teusaquillo, todo un lujo. Y como siempre pasa con las buenas películas y los libros, llegan en el momento justo.
Erwin/Elvira, el/la protagonista de esta peli, dijo tal cantidad de verdades que me fue imposible apuntarlas o memorizarlas todas. Y la percepción del encuadre del director era tan certera, llena de significado y de una estética tan personal y maravillosa, que desde ya me confieso fan total.
Dicen que cada siete años, se produce un año con 13 fases lunares, lo cual afecta de forma fatal en el estado de ánimo. A Erwin/Elvira le tocó sufrir una de esas fases de fuerte depresión y, a la vez, de gran lucidez. Y aquí va una de las joyas que conseguí capturar de boca de Elvira: "Mi ego tuvo que aprender a soportarme, a aguantar lo inaguantable". A todos nos pasa eso, aunque no lo admitamos.

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