La chica que se sentó frente a Laura lloraba, pero por dentro. Tenía los ojos humedecidos. Algún hondo dolor, de tan fuerte, le retenía las lágrimas y no las dejaba caer resbalando por la cara.
Laura también lloró por dentro de ver tanta tristeza.
La chica que se sentó frente a Laura quizás sólo fuera un fantasma, un espejo en el que se reflejaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario